Hoy me planto delante del teclado, sin saber muy bien que decir; la dulce y vieja Azkena nos ha dejado.
Si esto fuese un discurso, mi voz se quebraría al recordarla y tendría que hacer largos silencios para no caer en un llanto desgarrador que me oprime el pecho y me magulla la garganta.
Ya sé que para los "no perreros" es incomprensible que la muerte de un perro pueda causar tanto duelo en una familia, pero para nosotros no era "un perro" era nuestra compañera, durante casi 18 años, nuestra sombra, el calor en invierno, la compañía en la soledad, el consuelo de las tardes tristes y la compañía de las noches en vela, la compañera de batallas y quien nos seguía paso a paso en las exploraciones monteriles, la que se tumbaba a nuestro lado en el puerto cuando pescábamos, la que se subía quedo a la cama pensando que,estábamos dormidos y en cuanto le acercaba los pies para sentir su calor saltaba como alma que lleva el diablo al suelo... la que durante unos años lloraba angustiada en sus pesadillas nocturnas (reviviendo valla usted a saber que horrores caninos)
aquella que, en una tarde y por galletas, aprendió todos los trucos (dar la pata, sentarse y levantar las patitas delanteras rogando comida, tumbarse, arrastrarse por el suelo, hacer la rana.....) la que nos vendía al mejor postor por comida, aquella que si le dabas un trozo de hamburguesa te saludaba una semana después donde te viese como si fueses su mejor amigo, esa que en su primera navidad en casa, pedía y pedía comida y cuando no le entraba mas, hizo una montaña debajo de la alfombra con la comida que escondió, la que aceptaba a cualquier "inquilino" ocasional, o permanente y los aceptaba como uno mas, la que no aguantaba a los cachorros (te entiendo son unos pesados de narices) pero que al final los aceptaba sin condiciones....
mi duelo sigue, al dolor de tu ausencia he de sumar el de mi decisión, ya sé que estabas llena de achaques, que tomabas casi mas pastillas al día que comida, que este invierno cuando te dio el edema pulmonar casi te vas al otro barrio sin avisar, que tus patas traseras apenas aguantaban tu peso y que de diez veces que intentabas levantarte seis caías al suelo, si no te ayudábamos a levantarte.
Pero nadie puede quitarme esa angustia de tener que tomar yo la decisión de que ya era horas que descansases... Se, que tu alma pura, no me culpa, que agradece (como lo hacías día a día con tu presencia y sin un mal gesto) todo lo que te dimos y que olvidó al momento si alguna vez te agraviamos.
Mi corazón se ha roto una vez mas, con cada uno de vosotros que pasa por mi vida y se va... crezco con vosotros, mi alma se ensancha, mi capacidad de amar aumenta, pero se me rompe el corazón cuando os vais abandonando la carcasa material de vuestros cuerpo peludos y voláis almas libres y puras otra vez a vuestro lugar entre las estrellas y mientras mi vacío aumenta, me siento sola...
Agradezco todo lo que has aportado a mi vida, me has hecho mejor con tu presencia, de alguna manera he crecido, pero no puedo dejar de sentirme rota.
Se por experiencia que con el tiempo el dolor se atenúa y cuando te recuerde, esbozaré sonrisas recordando anécdotas y buenos momentos vividos, que nunca te olvidaré, como a ninguno de los peludos que pasan o han pasado por mi vida, pero de momento, sigo buscándote por la casa, por las noches, me quedo escuchando (como en las últimas noches hacía) y al no oír el sonido ronco de tu respiración entorpecida por el edema, ni los jadeos, ni las toses... recuerdo que no estas y a veces lloro....
te quiero.